ESTAFAS EN INTERNET

31.10.2018

Con las nuevas tecnologías en cualquier momento y lugar se hacen operaciones sin salir de casa y casi sin apenas escribir. Basta con tener un teléfono móvil enganchado a internet. Hasta la compra del supermercado se puede encargar desde el sillón de casa. Internet es un centro comercial sin fronteras donde conseguir casi de todo. Los negocios digitales y el comercio on-line proliferan, y también la pillería. Toda la prudencia que se tenga en el uso de internet a la hora de hacer un trato siempre será poca. Es llamativo el aumento del número de víctimas por engaños cometidos en plataformas y páginas webs. La delincuencia digital, los timos y engaños están a la orden del día. Muchos servicios ofertados en la red pueden ser objeto de una estafa. Qué buen consejo era el de nuestras madres de no abrir las puertas de casa a desconocidos. De alguna manera, cuando navegamos por la red estamos entrando en hogares ajenos, y permitiendo que extraños entren en el nuestro.

Los estafados en internet acaban pagando importantes sumas de dinero a los organizadores de los engaños. Los tipos de fraudes por internet son tan variados como el ingenio humano y se producen en todo tipo de negocios, en la venta de productos falsificados, en ofertas de trabajo o de falsos prestamistas, en la compraventa de artículos usados o de segunda mano, en el alquiler de apartamentos inexistentes, en promesas de recibir herencias, etc...

Todos estamos expuestos a este tipo de estafas. Unas son muy evidentes, como los casos de quienes adquieren coches de segunda mano que ni siquiera arrancan, o que pagan productos que nunca les llegan. Otros fraudes son tan sofisticados que pasan más desapercibidos como ocurre en los robos de los datos bancarios. Con frecuencia se sustraen las claves de las tarjetas de crédito y los nombres de usuarios para suplantar sus identidades en bancos y tener acceso a las cuenta. Los hackers poseen bases de datos que contienen millones de direcciones de e-mail y el funcionamiento de estos engaños es sencillo. Para lograr la información, como anzuelo, se envían correos electrónicos a las posibles víctimas simulando una comunicación oficial de un banco, o de una empresa a la que ya se ha realizado un pago por Internet, solicitando verificar o confirmar la información de la cuenta corriente.

En ocasiones los ciberdelincuentes suplantan la identidad de otras personas, otras veces operan en la red con falsas empresas que ni siquiera están dadas de alta, o se aprovechan de la existencia de páginas webs donde poder comprar, vender u ofertar servicios.

Algunas páginas webs muy conocidas ofrecen la posibilidad de alojar gratuitamente anuncios publicitarios y propaganda. En esas plataformas anidan delincuentes protegidos por el anonimato. Las empresas propietarias de la web se declaran libres de toda culpa cuando se comete una estafa a través de ellas. Es interesante plantearse si esas plataformas digitales no tienen alguna responsabilidad por las estafas que se fraguan en su seno, ya que las empresas de anuncios obtienen sus beneficios de los porcentajes que cobran de los precios satisfechos por usuarios estafados. En estas plataformas de compra-venta on line, o de prestación de servicios, rara vez se ejerce un control riguroso sobre los anuncios para prevenir la piratería, ni cuentan con sistemas adecuados para proteger los derechos de los consumidores.

Se evitan muchos abusos en las compras on-line no entregando cantidades de dinero de forma anticipada si no hay garantías de que el producto que se pretende es el que realmente queremos. Es peligroso introducir datos personales de cuentas corrientes o tarjetas de crédito en páginas webs.

Si recibe correos electrónicos que le hagan sospechar un fraude, denúncielo. No acepte premios absurdos, que en esta vida nadie regala nada. Si sufre un timo por internet recopile todas las pruebas posibles, como puede ser la información intercambiada con el representante de la página, los correos electrónicos, la publicidad del sitio web, los comprobantes, facturas, datos de la empresa, etc., y denuncie los hechos en el cuartel de la Guardia Civil o en la comisaría de policía más cercana. En la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía y el Grupo de Delitos Informáticos de la Guardía Civil hay excelentes profesionales para identificar a los responsables de las estafas digitales.